Los nuevos planes presupuestarios de los republicanos en el Congreso proponen nuevos recortes de impuestos extensos para los estadounidenses más ricos. En concreto, los planes presupuestarios buscan ampliar las disposiciones del impuesto sobre la renta individual y del impuesto de sucesiones de la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos de 2017, entre otros cambios. Según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, esto costaría casi 4.2 billones de dólares en la próxima década, y casi el 60 por ciento de los recortes de impuestos, o unos 2.5 billones de dólares, iría al 10 por ciento más rico de los contribuyentes, quienes ganan más de 228,060 dólares al año. Mientras tanto, el 1 por ciento más rico (aquellos que ganan al menos 743,247 dólares al año) verían sus impuestos reducidos en más de 1.24 billones de dólares en la próxima década, lo que representa aproximadamente el 30 por ciento del recorte de impuestos total.
Estos planes presupuestarios obligarían a la clase trabajadora de Estados Unidos a desperdiciar su dinero pagando recortes de impuestos para los ricos. La estrategia es triple:
- Recortar programas vitales de los que dependen los estadounidenses de clase trabajadora.
- Deshacerse de los créditos fiscales que benefician a los estadounidenses de ingresos bajos y moderados.
- Aumentar la deuda y el déficit permitiendo que billones de dólares en recortes de impuestos se carguen a las tarjetas de crédito de Estados Unidos, lo cual hace que sea más caro para los consumidores financiar compras básicas.
Dificultar que las personas puedan costear la atención médica y los alimentos
Los planes presupuestarios republicanos buscan financiar estos derrochadores recortes de impuestos para los ricos a través de varias formas, incluyendo recortes a programas que ayudan a los estadounidenses de clase trabajadora a mantener su seguridad financiera. Entre los programas que corren el riesgo de sufrir algunos de los mayores recortes, está Medicaid (880,000 millones de dólares de recorte), que garantiza que 72 millones de personas, o más de 1 de cada 5 estadounidenses, puedan obtener atención médica, y el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (230,000 millones de dólares de recorte), que ayuda a 42 millones de personas, o más de 1 de cada 8 estadounidenses, a evitar pasar hambre. Al final, estos recortes expulsarían a millones de estadounidenses de ambos programas de red de seguridad social y, al mismo tiempo, recortarían beneficios, como la atención a largo plazo, disponibles para los inscritos. Dicho de otro modo, los recortes a estos dos programas por sí solos podrían ser aproximadamente equivalentes al recorte fiscal neto total para el 1 por ciento de los que más ganan.
Reducir dramáticamente las políticas fiscales que ahorran dinero a la clase trabajadora
Otra forma en que los redactores republicanos del presupuesto pretenden cargar a la clase media a expensas de los ricos es debilitando las políticas fiscales que benefician a los trabajadores. En concreto, los planes tienen como objetivo detener el desarrollo y la expansión de las energías limpias y las tecnologías de eficiencia energética, que ayudaron a millones de familias a ahorrar un total de 8,400 millones de dólares en facturas de energía y mejoras energéticas eficientes en el hogar tan solo en 2023. Es probable que la derogación de estas inversiones aumente los precios de la electricidad en un 10 por ciento y eleve los precios de la gasolina en más de 20 centavos por galón.
Otras políticas que están siendo consideradas reducirían los reembolsos de impuestos para las familias trabajadoras en cientos de miles de millones de dólares. Estas propuestas incluyen la eliminación del crédito fiscal por cuidado de menores y dependientes, haciendo más oneroso para los contribuyentes reclamar el crédito fiscal infantil, reduciendo sustancialmente el límite de deducción de intereses hipotecarios y eliminando los créditos fiscales para gastos de educación calificados.
Poner fin o reducir estos créditos fiscales para millones de familias es un golpe particularmente devastador para la clase media estadounidense, especialmente si el Congreso también permite que los créditos fiscales para las primas mejoradas disponibles para quienes compran seguros de salud por su cuenta expiren a fines de este año. Cabe destacar que estos créditos fiscales han ayudado al afiliado típico del mercado de seguros médicos a ahorrar $800 al año en primas de seguro médico.
Aumento de los costos de endeudamiento para los consumidores a través de mayores déficits
Además de hacer recortes masivos a programas y beneficios fiscales que fortalecen a la clase trabajadora estadounidense, los republicanos del Congreso han dejado en claro que están dispuestos a aumentar la deuda en unos 2.8 billones de dólares en exenciones fiscales no financiadas. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, los déficits más altos y los mayores costos de endeudamiento asociados reducen el conjunto de recursos disponibles para la inversión privada, y con el tiempo llevan a salarios y sueldos más bajos. Esta escasez de capital para el sector privado también aumenta los costos de endeudamiento para los consumidores, lo que significa que la clase trabajadora paga el precio a través de tasas de interés más altas en compras financiadas, como hipotecas para viviendas, préstamos para automóviles, tarjetas de crédito y más.
Los estadounidenses ya se sienten agobiados por el costo de la vida, por lo que es inconcebible aprobar un paquete impositivo que otorga más de 1,24 billones de dólares en recortes impositivos para el 1% más rico, al mismo tiempo que hace que los gastos diarios sean una carga aún mayor. Peor aún, los mayores recortes impositivos no sólo recaen sobre los más ricos, sino que van a parar a las mismas personas que están en mejor posición para pagar los gastos más importantes en efectivo, lo que los aísla de los mayores costos de los préstamos y les da otra ventaja sobre la clase trabajadora estadounidense.
Conclusión
Durante décadas, las familias trabajadoras se han sentido presionadas por una economía en la que los salarios crecen en un ritmo demasiado lento mientras que los precios siguen subiendo. Es una razón clave por la que casi el 80 por ciento de los adultos estadounidenses temen que sus hijos estarán en una peor situación que ellos. Responder a esa ansiedad eliminando las inversiones en atención médica y asistencia nutricional para los estadounidenses, quitándoles sus beneficios fiscales y obligándolos a pagar más por una casa, un automóvil o energía para darles a las personas más ricas de este país más exenciones fiscales es tan cruel como impopular.